Afortunadamente cada vez son más las ferias y eventos culturales que comienzan a retomar la deseada presencialidad. Con grandes limitaciones de aforo, medidas de seguridad y muchos esfuerzos, la gran cita de arte contemporáneo ARCO ha conseguido celebrar su 40 aniversario. Entre los días 7 y 11 de julio, los pabellones de IFEMA han vuelto a llenarse de arte, cultura y vida. Os presentamos lo que para Lightecture ha sido lo más destacado de esta nueva edición: arte generativo, cuadros luz y el atardecer en un bosque de abedules.
FULGURACIONES es una instalación de arte digital generativo diseñada por el artista Daniel Canogar. La obra responde a un algoritmo específicamente programado inspirado en la actividad celular y los patrones de la naturaleza. Al igual que la vida de una célula, las distintas visuales evolucionan de forma constante y autónoma siguiendo el principio computacional autómata celular desarrollado por el matemático John von Neumann en la década de los 50.
La instalación está compuesta por una serie de pantallas LED conectadas entre sí cuya contaminación cromática y formal conversa y escapa libremente más allá de los límites físicos. Al operar mediante la influencia entre módulos LED, la lógica del sistema produce comportamientos colectivos inesperados y en cadena que dan lugar a composiciones únicas e irrepetibles de píxeles de luz. La obra – cuyos beneficios irán destinados a la investigación contra el cáncer- es resultado de la colaboración con el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas y la Fundación Banco Santander.
A pocos metros, en la galería Rafael Pérez Hernando encontramos el trabajo lumínico de la artista alemana Regine Schumann. Sus cuadros tienen la capacidad de generar atmósferas camaleónicas gracias a las láminas de vidrio acrílico fluorescente que bajo la luz negra cobran vida, acentúan la relación del color, la luz y el espacio a nuestro alrededor.
Salas que transforman significativamente las realidades funcionales del espacio circundante introduciendo nuevas posibilidades y experiencias a través de la luz y el color. Un trabajo que busca la sincronicidad entre lo visible y lo invisible para alcanzar y sentir una experiencia de visualización sorpresiva.
SALIDA es el nombre con el que Studio Animal, Gonzalo del Val y Toni Gelabert han bautizado su proyecto ganador para el concurso abierto de la nueva sala VIP de ARCO. En esta ocasión, la propuesta va más allá del diseño de un espacio orientado al descanso y disfrute para convertirse en una instalación que nos invita a experimentar la sensación de pasear por un paisaje exterior construido en el interior.
La obra cristaliza el deseo colectivo y la ilusión de salir al exterior tras largos meses de confinamiento. Este enorme vaso abstracto de 1000 m² traslada a los visitantes a un gran bosque de abedules cuya disposición en forma de retícula sirve de balizas naturales que definen los espacios donde encontrarse y relacionarse de manera segura, ordenando las relaciones personales de los invitados.
La luz se distribuye de forma homogénea y uniforme a través de los proyectores RGB que suspenden en lo alto del pabellón. Cada 15 minutos la escena de ensoñación varía sutilmente su tonalidad y se mezcla con los colores y acabados cuidadosamente elegidos del pavimento y mobiliario. “Un proyecto de exteriorismo que conforma una atmósfera en la que estar fuera”, explican sus diseñadores.
Una atmósfera ficticia y lúdica en forma de atardecer perpetuo en el lugar donde el tiempo parece detenerse. El enorme Sol de 5,5 m de diámetro acabado en tela tensada de PVC dota de identidad a un espacio cuya cara oculta esconde el área de restauración -más sobria y elegante- donde podremos disfrutar de una «cena» a la luz de la Luna.