¿Qué harías si tuvieras que contar la historia de tu vida en luz y sonido? Si cierras los ojos y piensas en tu infancia. ¿Qué ves? ¿Qué oyes? ¿Qué elegirías compartir? ¿Cómo transmitirías esas emociones? Christopher Bauder relata su historia de la forma más creativa, llevándonos desde su infancia hasta un futuro imaginario a veces bastante inquietante. VEKTOR es la tercera parte de una trilogía a la que Kraftwerk, la catedral del techno más emblemática de Berlín, ha visto nacer y crecer. Tras SKALAR y DEEP WEB, ésta se presenta sin duda como la más íntima de las tres obras. Un viaje espacio-tiempo a través de la vida de Christopher, quien nos adentra en varios de sus recuerdos que, de alguna manera, permanecen aferrados a los nuestros, incluso largo tiempo después de pasar por su instalación artística.
Entrevista por Helena García de la Banda
Como un maestro de orquesta del futuro, Christopher combina a tiempo real luz, música y sonido con todos sus diferentes parámetros en una pantalla táctil transparente que parece sacada de la película de MinorityReport. Aquí plasmamos la conversación que Lightecture mantuvo con él tras disfrutar de uno de los dos únicos directos que tuvieron lugar esta primavera en Berlín. Nos recibió en la más lúgubre de las salas del Kraftwerk donde, irónicamente, tres diseñadores de iluminación y un artista lumínico apenas tenían flujo suficiente para verse las caras:
El público te asocia con una imagen muy determinada: Axion, Vektor, Grid. ¿Cuánto de ti hay en cada una de tus obras?
Yo diseño el concepto, las luminarias, los láseres, los cabrestantes, los motores, los elementos móviles… Tengo una empresa, KineticLights, que fabrica todo este tipo de maquinaria. Diseño la disposición general de los aparatos en el espacio, la planificación del sistema de sonido. También compongo la música, que en este caso me llevó once meses. Creo fragmentos en mi teléfono y, junto con el productor, porque no soy músico de formación, les damos forma en piezas musicales. No es sólo música, es diseño de sonido,incluso aparece mi propia respiración. Me esfuerzo mucho por crear paisajes sonoros emocionales. Así que, respondiendo a tu pregunta, sí, hay mucho de mí en cada pieza.
Compones con muchos elementos: luz, color, música. ¿Qué afrontas primero?
El concepto es lo primero: la idea general, el diseño y los elementos que voy a utilizar. Pero la música y lo visual siempre se desarrollan simultáneamente. Cuando trabajo con músicos, escribo una pequeña historia, solo o con ellos, y empezamos a hacer bocetos en papel para los visuales y la música. Los mezclamos y combinamos y nos los vamos intercambiando como en un juego de ping-pong. En este caso al encargarme yo de música y visuales, estaba totalmente integrado. No hay un orden como en las películas, donde la imagen va primero y la música después. O como en un VJ, donde la música va primero y luego los visuales. Para mí, ambas coexisten y colaboran. Eso es también lo que quiero demostrar con este trabajo. ¿Por qué tiene que ir siempre la música antes que los visuales? Muy pocos video artistas tienen nombre, y yo quiero cambiar eso.
¿Cuántas personas trabajan en tu equipo simultáneamente?
Mucha gente trabaja en varios departamentos. Tenemos un departamento de ingeniería con 10 personas, de 6 a 8 en planificación técnica, un almacén donde hacemos los montajes de prueba, un departamento de diseño y programadores de software quienes también son creativos. Luego están los especialistas en láser que me ayudan a programar el software y a diseñar los visuales, y tengo dos personas más trabajando en la música. Es parecido al trabajo de un director de cine: un gran esfuerzo de equipo.
Estamos en Kraftwerk donde tu espectáculo se repetirá en bucle hasta el 7 de abril. ¿En qué se diferencia éste del show en vivo? ¿Está realmente abierto a cambios en tiempo real?
Definitivamente, hay muchos aspectos que no estánprogramados de antemano y que realizamos en directo. Cada equipo controla su área, láseres, luces y música mientras que yo juego con el“master control”. Una pantalla táctil donde puedo modificardiferentes parámetros del sonido, la música, las luces, colores, intensidades, tamaños,movimiento e incluso puedodibujar patrones con los láseres.
Hoy había aquí más de 300 personas. ¿Tiene algo que ver el público con esos cambios que realizas en directo?
No, nunca creo arte pensando en el receptor. Lo creo puramente para mí. Por supuesto que me importa el público, es bonito si hay una reacción positiva y a la gente le gusta. Durante el desarrollo me sorprendí a mí mismo pensando en si la propuesta sería demasiado dura ya que tiene algunas partes de música terroríficas.Finalmente lo hice a mi gusto y resultó que la gente se quedaba.
Y repetía.
Así es. En Vektor hay música tecno muy dura, 140bpm es mucha intensidad. Sé que una gran parte del público son personas mayores que no tienen mucha relación con la música electrónica, pero la aceptan porque la propuesta sonora está muy vinculadacon los visuales y la dramaturgia. Hay un momento en el que estreso a todo el mundo, pero justo después les vuelvo a tranquilizar con la calma de las olas y el sol.
Tus obras cambian el estado de ánimo de las personas. ¿Cree que sería interesante aplicar este «generador de emociones» a la vida cotidiana?
Si lo integras en la vida cotidiana, pasa a formar parte de ella. Debe ser algo especial que te saque de ella. Cuando entras en Vektor, independientemente del sol que haga fuera, te sumerges inmediatamente en este mundo sombrío y oscuro, habitando un espacio que normalmente no crearías ni tendrías en casa. Por supuestosiempre se pueden extraer ideas. Si te gusta tanto, ¿por qué no convertir tu vida normal en algo parecido? La iluminación de tu apartamento, por ejemplo, influye mucho en tu estado de ánimo.
¿Cómo crees que podríamos integrar parte de Vektor en nuestras vidas?
Eso es para que lo piense cada uno.
Tu trabajo es muy singular, y también lo era cuando empezaste hace 30 años. ¿Qué referentes tienes?
Me baso en gran medida en los principios de la informática, el software 3D, polígonos, vectores y líneas dispuestas en el espacio tridimensional. La narrativa se inspira en la manera que tiene el cine de llegar al público. A menudo se trata de la composición de la imagen, la actuación, la iluminación, y sólo una pequeña parte son diálogos. Las escenas más conmovedoras del cine son mudas. Ya sea un tiroteo o una escena de amor, normalmente no se habla, no hay diálogo ni positivo ni negativo. Me inspiro en esa forma de contar historias sin contar con la palabra.
En Vektor cuentas muchas historias y abordas innumerables temas. Tantos que a mí particularmente, el espectáculo me dejó como si me hubiera revolcado una ola en la orilla del mar. La heterogeneidad es abrumadora ¿Crees que está justificada?
Me alegro de que te hayas dado cuenta, porque refleja cómo funciona mi mente. Experimento todas las emociones que se pueden tener, todos los días. Ese es mi estado emocional.
Entonces, esta montaña rusa eres tú.
Sí, no soy alguien que pueda soportar una hora de completa serenidad, alegría o tristeza. Soy un gran defensor de no ser feliz todo el tiempo: hay que conocer el infierno para apreciar el cielo. Mi vida es así, he pasado meses lacerantescreandoVektor. Es mucho sufrimiento por un breve instante de felicidad, pero al sentir ese alivio final, sabes que has vivido por ese momento.
Hablemos de la maquinaria. Has diseñado estas luminarias láser específicamente para este espectáculo. ¿Qué parte del resultado proviene del objeto lumínico y cuál del concepto?
Trabajo en dos frentes paralelos: tecnología y concepto. Es un proceso de diseño consciente, ya que siempre estoy pensando qué crear y por qué. Hemos tardado cinco años en desarrollar estos cabrestantes y el sistema que nos permite crear este espectáculo. El cabestrante en sí podría sostener cualquier cosa -una pantalla, una luz en movimiento o cualquier otro objeto-, pero la decisión de tener láseres en todos los lados y una luz cálida orientada hacia abajo me permite pintar toda la sala.
¿Te sientes limitado por la tecnología o es un mundo inmenso que se abre ante ti?
Antes me sentía limitado por la potencia de procesamiento, pero ya no. Hay tantas posibilidades que es difícil imaginarlas, por eso desarrollamos software para ayudarnos a crear. Me siento empoderado por la tecnología y mi equipo de ingenieros: cualquier cosa que pueda imaginar, podemos hacerla. Sólo me siento limitado por el presupuesto.
¿Y por el tiempo?
No tanto. Mis limitaciones son principalmente el presupuesto y el espacio.
¿Hay algún lugar en el mundo que te gustaría invadir?
Sí, ¡Hay un par! La Tate Modern, por supuesto, el Grand Palais de París, un viejo depósito de gas cerca de Essen, y algunas zonas industriales en China -Pekín, Shanghai-, incluso en Toronto. Los conozco todos, pero son difíciles de conseguir.
¿Y una catedral de verdad?
Eso es fácil. Muchos artistas lo están haciendo. Puedes poner lo que quieras en una catedral, que al encender las luces, será genial. Se aprovechan del poder religioso del edificio para impresionar a la gente. Me encantan las catedrales por lo que son: pura arquitectura llena de poder. Me interesa entender por qué funcionan, cómo impresionan a las personas y cómo puedo hacer una versión moderna de ello.
¿Crees que la gente es fácil de impresionar?
No.
¿No? Porque hemos visto mucho asombro antepropuestas muy vacíasen festivales de luz. Especialmente con video mappingsde corta y pega.
Bueno, eso es verdad, no hay mucha educación lumínica.
Soñamos con un público con más criterio y cultura de la luz para que pudieran discernir entre un trabajo con sustancia y uno más frívolo.
Pero la gente lo siente. Ahora, cada pueblo tiene su festival de la luz con suspropuestas flojas y un par de LED, y todo el mundo piensa que es muy bonito porque la luz en sí misma tiene una capacidad de atracción fortísima. Pero cuanta más educación haya, más se apreciará la calidad. Eso es lo bueno de Berlín: la gente es muy culta, y aquí fracasan todas esas proyeccionesbaratas. Por eso Berlín es tan difícil de impresionar. Tengo que esforzarme por elevar la complejidad de mi trabajo, no en el aspecto técnico, sino en la originalidad. Aquí no puedes permitirte el lujo de copiarte demasiado.
¿Alguna vez has trabajado con vídeo?
Sí, de hecho, vengo del vídeo en el que empecé muy pronto. Yo era VJ en los clubes y usaba mi propio software para los visuales. Hice mucha proyección, muy interactiva, pero cuando se puso de moda la proyección en edificios, y todo el mundo utilizaba los mismos principios, hui inmediatamente. Estoy a punto de alejarme también del arte cinético, el concepto de este espectáculo tiene ya 5 años. Ahora estoy en otro lugar trabajando en algo muy diferente.
¿Y dónde estás?
No puedo decirlo, todo el mundo está leyendo. Pero estoy llevando mi trabajo a otro lugar.
¿Cambiarías algo del VEKTOR que tenemos hoy aquí?
No, no cambiaría nada. No soy uno de esos artistas que no pueden acabar su obra. Llega un momento en que tiene que ser suficiente. Podría estar trabajando muchos meses más cambiando el último 10%, pero no impresionaría a nadie más de lo que lo hace a día de hoy.
Así es, durante casi 3 meses, miles de personas han podido disfrutar de esta montaña rusa emocional generada por Vektor que ahora, ha llegado a su fin. Pero Christopher parece no detenerse nunca, pues también ha iluminado las noches de verano berlinesasdes de Dark Matter con su última obra, Flow.
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