
El centro de Milán fue, durante toda la Milano Design Week 2025, un auténtico hervidero de creatividad. Las calles respiraban diseño, arte y tecnología en cada esquina. Cada espacio, cada showroom, cada patio escondido albergaba una sorpresa. Y el termómetro para saber si la instalación era buena, no era otro que las colas: si era larga, la espera merecía la pena.

Una de las instalaciones que más expectación generó fue sin duda Making the Invisible Visible, la propuesta de Google en el espacio Garage 21 durante el Fuorisalone. Día tras día, cientos de visitantes se agolpaban en la entrada, impulsados por el boca a boca y por un aluvión de stories, reels y fotos que invadieron las redes desde las primeras horas de la exposición. Y una vez dentro, todo cobraba sentido.

Creada por Ivy Ross, Chief Design Officer de Google, junto a su equipo de diseño y en colaboración con el artista Lachlan Turczan, la instalación proponía una experiencia multisensorial dividida en tres actos. El primero de ellos, una auténtica obra de arte lumínica titulada Lucida (I–IV), nos sumergía en una serie de espacios esculpidos íntegramente con luz y niebla. Allí, el espectador no solo miraba la luz, sino que la atravesaba, la tocaba, la activaba con su propio movimiento. La materia se desvanecía para dar paso a una arquitectura de energía pura. Una experiencia sensorial difícil de explicar con palabras, pero fácil de sentir en la piel.

A medida que se avanzaba, el recorrido mutaba del arte a la tecnología. En las siguientes salas, Google revelaba cómo sus ideas abstractas —las que nacen del pensamiento más conceptual— se transforman en productos tangibles, funcionales y, sobre todo, diseñados con propósito.

Desde sus dispositivos más recientes hasta todo su portafolio de hardware, la marca nos invitaba a descubrir el alma detrás de cada objeto. Cada forma, cada material, cada decisión de diseño respondía a una premisa clara: convertir lo intangible en una experiencia significativa.

Making the Invisible Visible no fue solo una instalación tecnológica. Fue una declaración de principios. Un ejemplo de cómo la luz, el diseño y la percepción pueden fusionarse para generar algo más grande: una forma de pensar, de crear, de conectar. Y por eso, las largas colas confirmaron que Google consiguió presentar una de las instalaciones más memorables del Fuorisalone 2025.