Por Josep Masbernat.
Corría la década de los 70 del siglo pasado cuando aparecieron por la Escuela Universitaria donde me encontraba unos señores impartiendo un cursillo de iluminación que adoptaba como libro de texto la publicación “LUMINOTÉCNIA PRINCIPIOS Y APLICACIONES”1. La introducción del mismo finaliza con el párrafo:
“Si la lectura y utilización de este libro sirve para despertar un interés por la luminotecnia y si con él podemos facilitar la labor de cuantos lo precisen, nos daremos por satisfechos”.
Pues sí, señores de Fábrica Electrotécnica Josa, pueden darse por satisfechos y contar con mi más sincero agradecimiento.
Conservo el libro que de forma latente me acompañó durante años, digamos que la semilla estaba germinando, hasta que dos lustros más tarde volví a tomar contacto con la industria de la iluminación, y cuando iba descubriendo que esto es lo mío, cae en mis manos el opúsculo “¿Es una profesión frustrada la de luminotécnico?2”. Glups!!! ¿Dónde me he metido? pensé, pero seguí adelante y leyendo y releyendo el artículo de Joaquín Adell entendí que estaban más que sentadas las bases de una actividad que paso a paso ha ido evolucionando: la del luminotécnico.
Que placer el de la cocina,
Que placer poder cocinar
Una vida sin espinas,
Una vida al punto de sal
Anna Roig, Dolces nits de somniscurts3
Coincidiendo con la década de los 80 empieza a tomar forma el binomio “Luz-Arquitectura” y aunque Le Corbusier sintetizó perfectamente el carácter de la luz en la arquitectura, definiendo a esta como el juego, sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz, me quedo con la interpretación del arquitecto granadino Alberto Campo Baeza4 . Este considera a la luz como la sal de la arquitectura.
“Cuando la luz se dosifica con precisión, como la sal, la arquitectura alcanza su mejor punto. Más luz de la cuenta deshace, disuelve la tensión de la arquitectura. Y menos la deja sosa, muda”.
Pero claro, si hay sal tiene que existir salero, y ¿qué debe hacer el salero?: diferenciar los diferentes tipos de sales, dosificarla y repartirla de la forma más adecuada a cada uno de los platos que cocinemos. Y es aquí, donde aparece la figura de la industria, de los productores de luminarias. ¿Cuál es nuestra obligación?: Conocer todos los tipos de sales y las necesidades de cada plato y/o cocina para diseñar y producir las luminarias que permitan con su distribución lumínica configurar la dirección artística luminosa que cada ambiente precise. Y si además, lo hace con gracia y donaire como la segunda acepción de salero determina, mejor que mejor.
La iluminación artificial empieza a adquirir su potencialidad con la aparición de la energía eléctrica y aunque en nuestro subconsciente identifiquemos “luz y energía eléctrica” no debemos olvidar que esta hace poco más de un siglo que está presente entre nosotros y posiblemente no ha estado metabolizada de forma completa por la cultura arquitectónica.
Regresando a Le Corbusier, quizás ha perdurado en demasía la imagen del pabellón del ESPRIT NOUVEAU, de 1925, donde la luz difusa proporcionada por unas lámparas vistas se convirtió en paradigma de la modernidad, en un signo de la victoria de la tecnología sobre las tinieblas. Seguramente es fundamental ir más allá y acercarnos a Erich Mendelsohn y su concepción de disposición de cuerpos iluminantes en relación a la forma y al uso del espacio. La luz artificial se libera de vínculos externos y relacionados con la luz natural pudiendo ser dirigida, variada (en cantidad y calidad), perfilada, en definitiva utilizada libremente según una concepción determinada del espacio y el tiempo.
De una parte, podemos entender “iluminación” como el efecto obtenido de un espacio y, por tanto, ligado a aspectos a veces no mesurables. De otra parte, podemos referirnos a “iluminación” como el equipamiento técnico (fuentes de luz y luminarias), sus prestaciones y características directamente ligadas a aspectos cuantificables de la calidad de luz. Vuelve aquí a aparecer el término que inicia el presente texto “Luminotécnia”.
Y ¿qué debe hacer la industria?: dar a conocer los saleros y su buen uso para evitar la hipertensión. Esto es, para contribuir con la luz a mejorar la calidad de los ciudadanos. Investigando, desarrollando, divulgando, promoviendo y, parafraseando a Alfonso Ramos, cumpliendo todas las normas y homologaciones y estando adscritos a un Sistema Integrado de Recogida (SIG).
Malos tiempos para la lírica
Golpes Bajos5
Estamos asistiendo a una gran proliferación de negocios que conocemos como “Todo a 100” donde, como no podía ser de otra manera encontramos “saleros” y de donde por un módico precio nos llevamos incluso las vinagreras, ¿hemos mirado su sello y su homologación? ¿Se nos caerá el tapón cuando lo utilicemos y nos arruinará nuestro guiso preferido?
Diseñadores de iluminación, arquitectos, ingenieros, fabricantes, administraciones, usuarios, luminotécnicos todos, unamos nuestras fuerzas para que la cultura de la buena luz este día a día más presente en la sociedad y para no permitir que los tiempos que nos ha tocado vivir supongan una vía libre al empobrecimiento y embrutecimiento de la calidad de luz que nos merecemos.
Acabando con la cocina, Jorge Luis Borges escribió en el prólogo a su “Obra poética”6 : “El sabor de la manzana está en el contacto de la fruta con el paladar, no en la fruta misma”; hagamos que la luz en su contacto con nuestros ojos nos haga saborear y disfrutar con intensidad la vida que nos rodea.
1. LUMINOTECNIA PRINCIPIOS Y APLICACIONES
No constan autores específicos. Departamentos Técnicos y de Publicidad de Fábrica Electrotécnica Josa S.A
2. ¿ES UNA PROFESIÓN FRUSTRADA LA DE LUMINOTÉCNICO?
Joaquín Adell publicado en Revista de Electrotecnia, órgano de la
Asociacion Española de Electrotecnia, Septiembre 1974
3. DOLCES NITS DE SOMNIS CURTS.
Disco de presentación de Anna Roig i Lombre de Ton Chien. Edila Satelite.2009
4. LA LUZ ES EL TEMA.
Alberto Campo Baeza en Revista Diagonal.
5. MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA. Disco GOLPES BAJOS. Nuevos medios 1983
6. Jorge Luis Borges. Obra Poética. Editorial EMECE, 1989
JOSEP MASBERNAT
Ingeniero Técnico Industrial por la Universidad Laboral de Tarragona
es el Director Técnico de iGuzzini Illuminazione España.
Imparte cursos de iluminación como colaborador en el postgrado MASTERDIA
de la Universidad Politécnica de Madrid y en el Posgrado Lighting Design
de la Universidad Politécnica de Cataluña.
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