Este es un año muy importante para nosotras las mujeres. Parece que nos hemos unido a nivel global para hacer escuchar nuestras voces y reclamar una mayor presencia y reconocimiento profesional. Y en ese intento de mejorar las cosas no estamos solas, hay muchísimos hombres que nos escuchan, nos comprenden y nos apoyan.
Esta idea de reconocimiento, de mejorar nuestra visibilidad, de apoyar nuestro deseo de paridad, está detrás del viaje que un reducido grupo de diseñadoras de iluminación que trabajan en España han realizado durante cuatro días a la región italiana del Veneto.
Juan José García, el Director General de Linea Light Spain, cree firmemente que «el futuro es de las mujeres». Conversando un día sobre esa fuerza y empuje que el género femenino está mostrando a nivel profesional, y al hilo de mi nombramiento como embajadora en España de la iniciativa Women in Lighting, se nos ocurrió que sería una idea excelente organizar un viaje que combinara el aprendizaje profesional y el turismo para fortalecer los lazos de unión y amistad entre nosotras, las mujeres de la iluminación.
Dicho y hecho. Los hombres de Linea Light Spain, Juan José García, Claudio Galvan, Manuel Dalcin y Rubén Melenchón, se pusieron manos a la obra y organizaron la visita con un fantástico regalo final a la siempre inspiradora Venecia.
Linea Light ha concentrado sus fábricas en Italia siguiendo la tradición del Made in Italy, aunque el grupo está presente en las principales áreas del mundo a través de una red de filiales y oficinas, y dicen de si mismos que hacen «sastrería típicamente italiana» por su flexibilidad y capacidad de adaptarse a cada proyecto.
Al visitar los tres centros de producción que poseen en el Veneto, la diferencia con otros fabricantes se ve y se aprecia. Disponen de maquinarias de alta tecnología y una numerosa plantilla dedicada a estudiar soluciones luminotécnicas con tecnología LED para asegurar la calidad y eficiencia y ofrecer posibles soluciones a medida. También de un departamento dedicado a diseñar productos y sistemas personalizados, crear componentes electrónicos especiales y particularizar el diseño y los acabados de chasis.
A Maria Güell de La Invisible le llamó poderosamente la atención «que sean fabricantes de sus propias luminarias y no meros ensambladores. Y el hecho de que a nivel óptico y fotométrico realicen ellos mismos todas las pruebas de calidad, además de llevar a cabo una importante labor de investigación». Y no fue a la única, en el mismo sentido se pronunció Michela Mezzavilla, quien pese a ser de la zona no había trabajado con ellos antes: «Estoy impresionada por el despliegue de maquinaria técnica que hemos visto y por el hecho de que hagan toda la producción «in house», además de por la facilidad que tienen en desarrollar productos especiales. También me ha llamado la atención su voluntad para dialogar con el diseñador de iluminación y aportar soluciones a los proyectos».
A todas nos sorprendió la combinación de tecnología de vanguardia y precisión artesanal que observamos en todo el proceso de fabricación. La diseñadora Raquel Meseguer, que ha trabajado con ellos durante años en Reino Unido, me comentaba tras el segundo día de visita que «ya tenía una imagen muy positiva de Linea Light Group, especialmente por el trato tan familiar que te brindan, pero ahora, tras esta maravillosa visita, no puedo tener un concepto más alto. Estoy anonadada tras ver la minuciosidad, la dedicación y el apego que le ponen a todo el proceso que en realidad es ¡artesanal! sin perder un ápice de calidad». A lo que también añadió «me sorprende es que las luminarias tengan un precio tan competitivo, podrían costar mucho más. Siempre había sabido que eran luminarias de una calidad muy alta, pero ahora he tenido la oportunidad de comprobarlo».
Particularmente interesante fue la visita a la fábrica de producción Eral ya que la electrónica es el negocio principal de Linea Light Group. El esmero artesanal en obtener placas de circuitos y diodos que reúnan la excelencia triple de «compatibilidad, seguridad y rendimiento» es impresionante. Gisela Steiguer de The Light Squad Studio comentó su sorpresa al comprobar «la importancia del factor humano. Por el volumen de trabajo que tiene Linea Light, su catálogo es enorme y está lleno de referencias, no esperaba que el proceso fuera tan manual».
En el mismo sentido se expresaba María Gil de Montes cuya impresión sobre la marca «ha cambiado tras la visita pues no era consciente que cuidara tanto el producto en todaslas fases de elaboración» y también Daniela Viloria quién apostilló que «después de visitar muchas fábricas puedo decir que la de Eral Electronica me ha impresionado por la forma en la que cuidan la calidad».
Tras dos días de visita llegó el momento de imbuirnos en la belleza arquitectónica e histórica de Venecia. Afortunadamente coincidió con la celebración de la Bienal de Arte, así que tras recorrer en lancha sus principales canales, nos fuimos directos al Arsenale, el antiguo astillero de la ciudad, para inspirarnos con las propuestas altamente políticas de esta 58ª edición que incluye reflexiones sobre el racismo, la misoginia, las migraciones o el cambio climático.
Con las retinas cargadas de arte e imágenes digitales, el segundo día lo dedicamos a visitar Burano, una isla que se encuentra en la Laguna de Venecia. Famosa por sus casas pintadas de colores para que, según cuentan, los marineros pudieran reconocerlas en los días de niebla, es un verdadero tesoro. Nosotros tuvimos la fortuna de visitarla en un día espléndido, soleado y caluroso.
Fue un viaje de mujeres, sí, pero los hombres tuvieron un papel fundamental desde el inicio. El siempre positivo y alegre Juan José García, impulsor y motor de esta escapada, nos colmó de atenciones incluso antes de partir. Manuel Dalcin nos robó el corazón desde el minuto cero con su adorable forma de ser y de llamarnos «chicas», pronunciándolo con un delicioso acento ítalo/argentino. A nuestro querido Rubén Melenchón debemos agradecerle que nos llevara en todo momento a buen puerto. Y al solícito Claudio Galvan, que siempre estuviera dispuesto a escuchar nuestras historias.
«Me ha gustado mucho que Linea Light haya tenido la iniciativa de organizar un viaje solo de mujeres. Visitar una fábrica no solo te permite conocer más el producto de la marca, sino que te permite aprender su filosofía y todo lo que hay detrás. En este caso, ver como cuidan todo el proceso, tan manual, tan detallista, como tratan a sus trabajadores que son como una gran familia, me ha dado mucha confianza. Y la visita a Venecia ha sido un auténtico regalo que nos ha permitido desconectar al 100%» contaba Lara Elbaz al finalizar el viaje.
Gracias Linea Light por organizar un viaje de mujeres. Además de inspirador, nos ha permitido reforzar nuestros lazos de amistad. Lo recordaremos siempre.
Y gracias Marta Coda por el video resumen de esta escapada de mujeres de la luz.