Pistolas laser, trajes galácticos, video bikinis, zapatos LED, velas tecnológicas, las excepcionales instalaciones futuristas y los diseños visionarios de Moritz Waldemeyer son una interacción perfecta entre diseño, poesía, tecnología y moda.
Entrevista de Esther Torelló
Ampliamente reconocido como uno de los diseñadores más innovadores y creativos de su generación, Moritz Waldemeyer ha colaborado con muchos de los grandes del diseño, entre los que no faltan Ron Arad, Zaha Hadid, Philippe Starck, Ingo Maurer o Hussein Chalayan. Su obra, que combina tecnología, diseño y arte demuestra que los actuales progresos tecnológicos han dinamitado los limites de los sueños en el mundo del diseño.
Alemán de nacimiento, en 2004 Moritz fundó su propio estudio en Londres, lo que le ha permitido trabajar en proyectos independientes a gran escala. Sus revolucionarias creaciones proponen nuevas aplicaciones con iluminación LED y láser en el mundo de la moda y el diseño. Moritz también ha dejado su huella en la industria musical con la creación de trajes con adornos de alta tecnología para espectáculos de artistas tan reconocidos como U2 y Rihanna o la Ceremonia de los Juegos Olímpicos de Londres.
¿Qué edad tenías cuando comprendiste que de alguna forma tu futuro estaría vinculado al diseño?
Fue algo gradual, no sabría ponerle una fecha. Era consciente que me dedicaría a ello desde que era pequeño, crecí en una familia de artistas y mi tío es diseñador, de alguna forma supe que seguiría sus pasos.
¿Cómo empezó tu carrera? ¿Cuáles fueron tus primeros pasos?
Fue un proceso gradual. Hice la carrera de ingeniería en el King’s College de Londres, algo muy técnico, después empecé a trabajar en Philips y poco a poco me centré más y más en el diseño. Mis primeros trabajos también fueron muy técnicos, pero evolucionaron hacia un enfoque más creativo, aunque siempre hay un aspecto tecnológico en ellos.
Eres conocido por tu enfoque pionero en el diseño de iluminación; tu lenguaje innovador ha creado todo un séquito de seguidores. ¿Qué le atrae a la gente de tu trabajo?
No lo sé, deberías preguntárselo a ellos. Lo que sí te puedo decir es lo que trato de hacer: una aproximación lúdica al diseño, hacer las cosas de la forma más variada posible para que sean entretenidas y divertidas, planteándome que el resultado le guste a la gente.
El estudio ha dejado su huella en la industria musical mediante la creación de trajes de luz con adornos de alta tecnología. ¿Qué es para ti la innovación, la tecnología o la forma?
Inicialmente fue la tecnología, porque mis primeras propuestas fueron muy innovadoras, era algo que se hacía por primera vez en el mundo de la moda y también tuvo esa especie de proceso gradual en el que al inicio fue algo técnico que evolucionó hacia el mundo del diseño. Sólo puedes hacer un proyecto tecnológico una vez. Puedes hacer un vestido con proyecciones de video, pero si quieres seguir haciendo trajes de este tipo tienes que centrarte más en la forma, en el concepto; el proceso siempre implica un cambio gradual del enfoque tecnológico al creativo.
¿Cuál es el proyecto que te ha supuesto un mayor desafío?
Siempre es el proyecto en el que estás trabajando actualmente. Me he enfrentado a grandes desafíos en el pasado, el traje/video fue un reto por el escaso tiempo que tenia para resolver las cuestiones técnicas. También lo fue el proyecto para los Juegos Olímpicos, por la enorme dimensión, la planificación y la coordinación que suponía. Cada desafío es un proyecto y cada proyecto es distinto. Igual que lo fue la luminaria «Candle» de Ingo Maurer por la complejidad del proceso de producción. Cada proyecto tiene sus distintos retos y por eso mismo resulta tan divertido mi trabajo.
Tus diseños «Candles in the Wind» y «My Favorite Flame» para Ingo Maurer reproducen el parpadeo de una vela. ¿El éxito de estos productos confirman que a pesar de vivir en una era tecnológica el hombre sigue fascinado por el fuego y los elementos naturales?
Creo que el éxito de este producto obedece a que recuerda a la gente sus orígenes, los cambios fundamentales que hacen a los humanos diferentes de los animales, el momento en que empezamos a utilizar el fuego, algo que está grabado en nuestro cerebro a lo largo de miles de años. Es una emoción muy fuerte y la gente reacciona a ella. Esta es la razón por la que funciona tan bien. Este objeto es una sorprendente reinterpretación y es ésta sorpresa la que provoca que la gente tenga una reacción casi genética.
Muchos de tus diseños tecnológicos son piezas que sorprenden cuando están en movimiento. ¿La gente ya no se conforma con los objetos visualmente bellos?
Si hablamos de diseño, desde la segunda Guerra Mundial nos encontramos con un largo periodo en el que los diseñadores fueron muy innovadores en la forma, existen varias sillas icónicas desarrolladas por famosos creadores. Tengo la impresión que con la invención de internet y la reciente revolución tecnología se ha producido un cambio; todavía es posible innovar en la forma, pero ya se han diseñado muchas sillas, destacar y hacer algo nuevo es cada vez más y más difícil. Así que tenemos todos estos elementos como micro controladores, LEDs e increíbles componentes que nos permiten ser más innovadores. Personalmente estoy trabajando en este campo, intentando utilizar todos estos nuevos ingredientes. No soy un diseñador en el sentido convencional, que intenta hacer una forma convencional o una forma icónica, mi trabajo consiste en utilizar estos nuevos elementos, y estos elementos te piden crear cosas que se muevan, se transformen y aporten vida al diseño.
Es cierto que no hay arquitecto o diseñador famoso que no haya diseñado una silla, pero tú tampoco ha sido la excepción.
Efectivamente, cada diseñador tiene su silla, así que me dije «yo también tengo que hacer una». Diseñé una silla para Royal Appointment.
¿Qué hace tu silla diferente de las demás?
La diferencia radica en que no es un objeto estático si no que es una silla interactiva. Cuando alguien se sienta en ella, un sensor de color RGB en la parte posterior lee el color de su ropa. Los LEDs RGB en el respaldo cran un halo de luz que combina con el color de la ropa de la gente. Esto le da al individuo su propia aura personal.
¿Qué nos puedes contar acerca de tu investigación sobre el arte de la fotografía pintada con la luz?
Es algo que me interesa desde hace mucho tiempo. Se remonta más allá de cualquier otro proyecto que haya desarrollado. Me interesa la fotografía desde que tenía 18 años, cuando adquirí mi primera cámara. Al empezar a trabajar con LEDs me aficioné a tomar fotografías de larga exposición, con las que conseguía la abstracción de los objetos. Desde que trabajé para Swarosky no he dejado de coleccionar estas fotografías, por placer propio. Nunca se las enseñaba a nadie hasta que llegaron a un punto en que se convirtieron por sí mismas en un proyecto. Usar esta experimentación es en lo que consiste el proyecto. Inicialmente fueron las fotografías, posteriormente pensé en hacer objetos que crearan efectos especiales en las fotografías y más tarde se convirtió en un trabajo. Es un proceso en el que la idea se desarrolla cada vez más. Intento tratar el tema de una forma novedosa cada vez, con diferentes numero de cámaras, objetos, incluso con distintos colaboradores; fue divertido trabajar con los personajes de Kung Fu ya que me gustan mucho las artes marciales y su historia. Resulta muy interesante comprobar la dimensión que adquirió, convirtiéndose casi en arte.
Tu trabajo requiere de la colaboración de profesionales de distintas disciplinas. ¿Cuántas personas trabajan en el estudio?
Dependen del proyecto, cada uno de ellos requiere de diferentes especialistas. Intento mantener el estudio con el menor número de personas posible, pero colaboro mucho con free-lances y diseñadores de iluminación, resulta más sencillo y me permite responder a diferentes proyectos e ideas. Conozco gente del mundo de la moda con las que colaboro cuando tengo proyectos de este tipo. Recientemente, para el proyecto con Audi, necesitábamos un especialista en metal y trabajamos con un estudio en Italia. Buscamos especialistas cuando los necesitamos, esto nos permite realizar trabajos tan variados. Trato de mantener el equipo lo más reducido, algo que tiene que ver con estar establecido en Londres, una ciudad muy cara, como sabes. Mantenemos una red de contactos con colaboraciones puntuales.
Londres es la ciudad donde pasas la mayor parte del tiempo. ¿Por qué has establecido tu estudio allí? ¿Encuentras algo que te ayuda a diseñar?
No estoy seguro. Primero llegué a Londres y luego me dediqué al diseño. Es difícil entender de qué forma se conectan estas dos circunstancias, es como el huevo y la gallina. Londres es una ciudad única en cuanto a diseño, tiene una concentración increíble de diseñadores, es el lugar en el que estar. Cuando se trata de eventos, nadie puede superar al gran Milán, pero cuando se trata del día a día de la creación ningún otro lugar puede superar a Londres. Son los dos polos creativos en Europa e incluso a nivel mundial. En lo que se refiere al proceso de creación y a los estudios que diseñan trabajos increíbles y diferentes, Londres es el lugar. Todos nos conocemos, nos encontramos, intercambiamos ideas, es una ciudad muy vibrante y me encanta, no la cambiaría por nada.
¿Por curiosidad ¿qué proyectos estás desarrollando hoy?
Hoy estoy intentando comprar componentes en China para una instalación. Hace dos días que intento hacer este pedido para ponerla en marcha, pero resulta bastante complicado.
¿Y a nivel más general?
Nuestro último proyecto ha sido desarrollar una pieza luminosa en Frankfurt para la feria del automóvil, para AUDI, una lámpara de araña que forma parte de un increíble stand que es como una ciudad colgada al revés. La luminaria es una especie de Supernova, una especie de explosión estelar que cuelga por encima del A8, un sedan de lujo. Además hemos diseñado el vestuario de los bailarines para un espectáculo de Bugatti, una firma que me gusta especialmente ya que es la más excepcional del sector automovilístico.
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