El artista visual español Pablo Valbuena ha llevado su exploración sobre el tiempo y el espacio a su primera exposición monográfica en Francia, que materializa esa reflexión en esculturas de luz y sonido a la vez minimalistas y espectaculares.
El centro cultural parisino Centquatre ha acogido la muestra «Si le temps est un lieu» («Si el tiempo es un lugar») con obras que Valbuena (Madrid, 1978) adaptó a sus paredes creando experiencias sensoriales.
Esculturas efímeras e inmersivas, las obras de Pablo Valbuena se conciben generalmente de acuerdo con los espacios que las acogen, ya sean espacios públicos o salas de museos. Para cada obra de arte, ya sea monumental o no, el artista modifica el sonido, la luz y el movimiento, los materiales efímeros e intangibles. Utilizando elementos simples (líneas, puntos, notas, formas geométricas) y herramientas técnicas de gran precisión, juega con las intensidades, las escalas y los motivos para crear obras de arte que son tan espectaculares como minimalistas. Insertadas en una arquitectura familiar, la subrayan y también van más allá.
Basado en un estudio del espacio, el tiempo y la percepción, Pablo Valbuena crea una doble partitura, audio y visual, que reestructura un lugar al moldear nuestro sentido del espacio y el tiempo. En sus esculturas e instalaciones, lo virtual no se opone a lo real. Por el contrario, su superposición sugiere una arquitectura paralela al visitante, un espacio aumentado en perpetua transformación donde desaparecen los límites entre la realidad y lo que se percibe. Totalmente inmerso, el espectador es llevado a un espacio ficticio en el que puede crear su propia historia.
#LUZ y #EXPERIENCIA
Pablo Valbuena ha confiado en la ingeniería SAKMA, especializada en el diseño, desarrollo y fabricación de luminarias custom made con tecnología led, para llevar a cabo su primera exposición monográfica.
SAKMA, desarrolló dos tipos de soluciones lumínicas, 100% custom made, para llevar a cabo el proyecto lumínico. Las obras de arte de Valbuena son minimalistas, limpias y perfectas (arquitectura aumentada), pero al mismo tiempo sumergen al espectador orgánicamente dentro de las líneas, la luz y el ritmo de las piezas. Superpone una realidad virtual y real, que ayuda a adquirir una percepción intensa y muy personal del tiempo y el espacio.
El artista de una manera muy precisa manipula el espacio, el tiempo y el movimiento. Personalizando los espacios públicos para llenarlos de luz u oscuridad. Todo el trabajo se vuelve intocable e inalcanzable pero muy presente. Es difícil explicar la experiencia debido al nivel personal que proyecta, pues no todos percibimos la luz de la misma manera, ni siquiera tenemos el mismo concepto de realidad.
«No me interesa decirle a la gente lo que tiene que pensar, sino generar situaciones que puedan provocar esa reflexión. Luego cada uno proyecta un poco lo que le interesa o lo que lleva dentro, pero son instalaciones que están bastante abiertas. Tienen diferentes capas de lectura», explicó el artista durante la inauguración.
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