El estadio de Krasnodar, en el sur de Rusia, es apodado el Coliseo de Krasnodar debido a su clásica estructura externa, que se divide en diferentes niveles y se caracteriza por columnas a intervalos regulares que recuerdan al Coliseo en Roma.
El moderno ambiente del interior, diseñado por el estudio arquitectónico Maxim Rymar, contrasta con la arquitectura más clásica diseñada por Gerkan, Marg y Partners (GMP), que se asemeja a un antiguo anfiteatro apoyado por columnas de travertino italiano. En contraste a este estilo clásico sobresalen el techo de vanguardia y la pantalla de vídeo de alta resolución de 4.700 m² instalada a lo largo del borde de las gradas. La idea era crear un lugar similar a un teatro, que pudiera albergar grandes partidos y competiciones.
Los arquitectos querían que los 33.000 aficionados que tienen cabida experimenten el interior como algo fresco y nuevo cada vez que entran, algo que puede ocurrir hasta treinta veces al año.
El concepto de diseño se basa en formas geométricas, una paleta de colores restringida, materiales avanzados y la más reciente tecnología.
El desafío fue crear ambientes acogedores en restaurantes, cafés y vestíbulos, incluso en zonas donde no hay luz natural, eliminando el sentido opresivo de estar encerrado debido a la ausencia de una vista exterior.
La iluminación desempeña un papel importante en este edificio, asegurando que el foco se centra en la arquitectura y los espacios.
Delta Light proporcionó equipos diseñados a medida que cumplen con todos los requisitos y estándares del estadio, creando áreas adecuadamente iluminadas y potenciando la percepción general del interior.