
El pasado noviembre, el colectivo Luzinterruptus preparó una pieza a gran escala en el festival Lumiere de Durham, que trascendía las fechas del propio festival que se celebró del 14 al 17 de noviembre, para seguir iluminando la ciudad durante las fiestas navideñas. El festival Lumiere ha regresado con una espectacular serie de instalaciones y proyecciones que iluminaron edificios, calles y espacios públicos de Durham. Los artistas locales e internacionales, diseñadores de iluminación y grupos comunitarios ofrecen una mirada nueva a la ciudad con una serie de impresionantes lightworks que han llenado de magia las calles invernales.
Para crear Consumerist Christmas Tree, Luzinterruptus, se basó en una instalación anterior llevada a cabo en el Gewerbemuseum, pero esta vez con una doble intención de denuncia, por un lado el uso masivo de bolsas de plástico y las consecuencias que este tiene para la medio ambiente, y por otro, el consumo excesivo e innecesario que se produce en estas fechas navideñas.
Tenía todo el sentido esta pieza no sólo por las fechas sino porque el espacio asignado para su ubicación era la zona comercial del centro de la ciudad, contando con el patrocinio de la asociación de comerciantes, que había pedido conservar la pieza durante el periodo navideño. Además, durante todo el periodo de trabajo coincidió la huelga de los servicios de basura de Madrid, por lo que con más motivo se formó una solidaridad a distancia con estos trabajadores.
Como siempre y como parte de su filosofía, buscaron la colaboración de muchos de los vecinos que debían aportar las bolsas que iban acumulando con sus compras previas a la Navidad.
Para animar las donaciones, se organizó una campaña previa de difusión, en la que se invitaba, a cambiar bolsas de plástico por otras de tela diseñadas para la ocasión. De este modo consiguieron unas 4.000 unidades, de las que usaron unas 3.000. Además, para darles volumen, las llenaron con plástico transparente, generado por las tiendas de alrededor durante las fechas de montaje, inimaginable la cantidad de plástico de embalaje que se desecha en los comercios en estas fechas.
Para llevar a cabo el proceso de montaje, se convocó a vecinos asociaciones y colegios para que se acercaran al espacio de trabajo, una tienda que se había quedado vacía y que sirvió para montar un taller que más que un espacio de trabajo parecía un parque de bolas gigantes, donde lo que más apetecía, era zambullirse entre las bolsas y quedar sepultado. Con mucha ayuda, terminaron el trabajo en una semana.
Una vez las bolsas llenas y cerradas fueron trasladadas a la plaza del Prince Bishops Shopping Centre, donde debían forrar con todo el material plástico, una enorme estructura prefabricada en forma cónica de 9 metros de alto.
Una vez instaladas las luces en el interior, quedó listo el plastificado y reciclado árbol navideño, hecho a base de montones de bolsas consumistas, que se podían haber dejado de fabricar si la gente concienciada se llevara sus propias bolsas cuando van a hacer la compra.
Además, para iluminar todo el camino que conducía al árbol, un tendido de luces forradas con las bolsas sobrantes, convirtieron unas simples bombillas de bajo consumo, en vistosas guirnaldas de luz que daban a la calle un ambiente verbenero de lo más popular.
Al finalizar las fiestas, todos los plásticos serán reciclados convenientemente y las estructuras vueltas a reutilizar, quién sabe para qué.
Fotografías: Gustavo Sanabria
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