Luzinterruptus, laberinto de residuos plásticos

04/06/2014

El colectivo anónimo Luzinterruptus ha viajado esta vez a Polonia, con ocasión del festival de arte urbano Katowice Street Art Festival, para llevar a cabo una nueva pieza: Laberinto de residuos plásticos.

Hacía tiempo que querían visibilizar de manera poética la cantidad de residuos plásticos que se consumen en nuestra vida cotidiana, además de poner un punto de atención lumínica en el gran negocio del envasado de aguas, que acarrea gravísimos problemas en países en vías de desarrollo, cuyos ciudadanos han visto como impunemente se privatizaban sus acuíferos para el enriquecimiento exclusivo de grandes empresarios y clases gobernantes sin escrúpulos.

Después de 4 días de trabajo frente a la imponente escultura al Soldado Polaco, consiguieron 26 metros de residuos plásticos transitables, materializados en una pieza de 7 x 5 metros y 3,40 de altura, llena de pasillos laberínticos en los que jugar, perderse o simplemente pasear, en un entorno de misteriosas veladuras en el que todo lo que acontecía se percibía difuminado y en el que los rayos de sol llegaban tamizados a través de los envases coloreados.

De noche, la pieza se transformaba en un recinto mágico, una especie de capilla íntima y brillante, con paredes hechas de mosaicos plásticos casi monocromáticos.

Para dar forma a esta instalación, utilizaron más de 6000 botellas de agua, conseguidas en una planta local de fabricación y embotellado, que les cedió las desechadas por no cumplir los estándares de calidad exigidos para su comercialización.

El resto del material fue contribución de los vecinos que ayudaron a rellenar la pieza con las botellas consumidas durante los 4 días que duró el montaje. En esta ciudad, por cierto, se bebe agua embotellada en cantidades alarmantes.

Los envases fueron depositados en bolsas transparentes iluminados con leds autónomos, suspendidas por las asas a una estructura metálica fabricada con elementos modulares y reutilizables.

La pieza se pudo disfrutar durante 2 semanas, día y noche y finalizado este periodo, se desmontó completamente y cada parte de la instalación fue convenientemente reciclada. Polonia por fin está obligada a reciclar, hace 3 años no se hacía, pero ahora parece que esa práctica se toma muy en serio, las calles están llenas de contenedores de todo tipo.

«Como siempre, multitud de amigos participaron voluntariamente aportando soluciones para que todo saliera como estaba planeado, trabajaron más de 25 personas en la pieza, sin ellos ni remotamente hubiéramos acabado la tiempo y tampoco lo hubiéramos pasado tan bien. Gracias también a la organización del festival que tenía todo planificado para que no fallara nada, además de echarnos una mano en el trabajo rutinario y sacarnos a conocer la ciudad de noche, un placer trabajar con todos ellos».

«No queremos dejar de agradecer a la empresa envasadora que nos proporcionó desinteresadamente sus botellas desechadas, al colegio infantil próximo a la instalación, que nos guardó el material y a los vecinos que contribuyeron con su aportación diaria y que usaron la pieza y la disfrutaron. Y un agradecimento especial a todos los que trabajaron en el desmontaje final, según nos han contado, trabajaron 3 días para que todo quedara impecable y cuidaron de que no quedara ni una pieza sin reciclar convenientemente».

Fotografías: Gustavo Sanabria

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