Museo Emil Schumacher

25/04/2011

La iluminación del museo dedicado a la obra del pintor Emil Schumacher consigue óptimas condiciones de visualización y conservación de las obras expuestas y un funcionamiento energéticamente eficiente.  Al anochecer el vanguardista edificio se abre visualmente  al exterior gracias a su orquestada luz interior.

El pintor y escultor Emil Schumacher, uno de los artistas alemanes más sobresalientes de la posguerra, cuenta con museo propio en Hagen, su ciudad natal. El edificio, construido con el apoyo del Estado Federado de Renania del Norte-Westfalia y diversas asociaciones y patrocinadores, expone los trabajos de Schumacher en el entorno de su tiempo. En el museo también se llevan a cabo exposiciones de jóvenes artistas contemporáneos de forma regular.

Hagen, una ciudad de 200.000 habitantes, no está considerada como un bastión vanguardista, sin embargo sus iniciativas constituyen una parte importante del movimiento de reforma de comienzos del siglo XX. Aquí es donde Kart Erns Osthaus fundó el Museo Folkwnag, el primer museo del mundo de Arte Contemporáneo. Muchos de estos capítulos de su historia se unen en el distrito de los museos, una zona que agrupa en torno a una plaza del centro de la ciudad el Museo Osthaus, de más de cien años de antigüedad, el Museo Emil Schumacher y un nuevo complejo para la administración y la gastronomía. Estos edificios agrupados crean un espacio para la comunicación, la contemplación, el ocio y la gastronomía y un escenario para eventos de diversos tipos.

El estudio de iluminación arquitectónica Licht Kunst Licht, dirigido por Andreas Schulz, fue contratado para desarrollar el proyecto de iluminación del Museo Emil Schumacher y del adyacente Museo Osthaus, totalmente renovado. El briefing solicitaba óptimas condiciones de visualización para los visitantes, cumplir con los requisitos de conservación y permitir el funcionamiento de las galerías de forma energéticamente eficiente. Dado que los diseñadores de iluminación se enfrentaban a exposiciones con diferentes formatos de obra y a distintas geometrías espaciales, finalmente se decidieron a favor de proyectores flexibles en cuanto a disposición. Todas las estancias han sido equipadas con un carril wallflanking y un sistema de proyección que puede adaptarse de forma óptima e individual a las diferentes exposiciones a través de spotlights de tamaño grande y pequeño con diferentes propiedades fotométricas.

CUBO LUMINOSO DE CRISTAL
El estudio de arquitectura Lindemann Architects con sede en Mannheim realizó la construcción del nuevo edificio de tres plantas del Museo Emil Schumacher como un volumen de hormigón a la vista dentro de un cubo de cristal; el cubo de hormigón se conecta al Museo Osthaus por medio de un hall de entrada conjunta. A través de la envoltura de vidrio del edificio establece una fuerte interacción con el entorno. Durante el día las imágenes de los edificios vecinos se reflejan en la fachada de cristal como en un espejo, mientras que por la noche se ilumina con luz desde el interior. Con este fin, las superficies de hormigón tras el muro cortina se iluminan uniformemente. La fachada irradia el color azul que define la obra más importante del museo, en combinación con la iluminación orquestada de la plaza, que consiste en Uplights empotrados en tierra y la iluminación del vecino Museo Osthaus. En particular llama la atención la larga escalera del  Museo Emil Schumacher. Situada entre el vidrio y la fachada interior de hormigón, permite el acceso a todos los niveles del edificio.

EFECTO LUMINOSO SIN SOMBRAS
La iluminación interior de las salas de exposición prácticamente se pre-defininió siguiendo la arquitectura del edificio. El techo de vidrio existente inspiró a los diseñadores de iluminación para iluminar todas las estancias del edificio a través de techos luminosos o campos de luz. En la planta superior una claraboya se extiende por todo el espacio. Marcos cuadradas encajados en un montaje tensado de membranas difusoras suspendidas por debajo del techo con juntas mínimas entre ellos. Entre la superficie de la membrana y el techo de cristal se han situado luminarias que se regulan dependiendo de los niveles de luz. Por la noche, proporcionan la iluminación interior. Por razones estructurales y climáticas se ha situado una cubierta de cristal de seguridad sobre el techo de cristal. Instalado en el mismo hay un sistema de láminas de seguimiento solar, que bloquea la luz solar directa y por lo tanto evita el sobrecalentamiento de las salas y protege las obras de arte contra la radiación perjudicial.



PROYECTORES INTEGRADOS ARQUITECTURALMENTE

Los techos luminosos de membrana también proporcionan la iluminación general en los pisos inferiores. Pero aquí sólo con luz artificial. En algunos lugares, la luz direccional de los proyectores complementa el componente de luz aérea. Cuando es necesario, los proyectores se agregan a los carriles de la luz y se ajustan de forma precisa para iluminar las exposiciones de forma individual. A fin de mantener una impresión espacial de calma y no perturbar el ambiente con los dispositivos técnicos, los proyectores se han instalado en el interior de unas ranuras. Percibidas como hendiduras negras desde abajo, estos canales ocultan completamente el cuerpo de la luminria sin impedir la emisión de luz.

RESUMEN
El sistema de iluminación aplicado es altamente eficiente y flexible, al tiempo que extremadamente reducido, y permite crear espacios de exposición de cubos blancos evocadores, un escenario perfecto para el cromatismo expresivo y la materialidad de muchas de las obras de Emil Schumacher. La luz difusa de los techos luminosos crea una iluminación de ambiente sin sombras dentro de la sala. En combinación con la luz direccional de los proyectores, proporciona condiciones visuales óptimas para las aguadas, grafismos, cerámicas y pinturas sobre porcelana y pizarra, que forman la magnifica colección del Museo Emil Schumacher.

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