La diseñadora de iluminación Claudia Paz se hace eco en su última instalación en San Isidro, Lima, de la necesidad de integrar su obra al espacio público y brindar un momento mágico en un entorno urbano, donde disfrutar e interactuar generando un espacio social lleno de vida. Arte digital para explorar emotivas experiencias y recuerdos inolvidables.
Pixel Flow explora los sentidos de los visitantes en un espacio que los rodea, generado por la luz y el sonido creado para expresarse libremente. La gente se siente envuelta en una espiral de píxeles de luz y sonido personalizados que se activan por el flujo natural del movimiento del cuerpo, creando una sensación única y mágica. Escenas altamente detalladas que exploran diez escenarios diferentes, diseñados para crear diferentes conexiones con el usuario.
Las partículas de luz acompañan suavemente a los participantes, el más mínimo movimiento genera luz y sonido a través del espacio. Con cada gesto, los patrones de colores evolucionan y se mueven, y el sistema de audio responde en consecuencia con una banda sonora dinámica que sigue el movimiento del usuario exaltando la imaginación.
Los píxeles no solo se distribuyen en el interior de la estructura para crear un muro lumínico, sino también en el exterior crean un eco de luz que imita lo que está sucediendo dentro integrándose así al espacio que la rodea.
Los visitantes se ven rodeados por una malla de más de 2235 píxeles colocados en postes verticales que al estar separados entre si les permite ver el paisaje en el que se encuentran, donde a veces serán transportados a un mundo encantador de sonidos y luces de colores y otras formarán parte del entorno natural del parque. Cada vez que una persona entra a la instalación, una luz blanca intensa los deslumbra para transportarlos a una nueva escena que cambia aleatoriamente.
El usuario experimenta una interacción completa con polvo de oro en movimiento en Pixel Flow. Se sorprenderá con la magia de nubes giratorias al aparecer espirales de estrellas y hacia algún lugar en Starry Night, escenario basado en un cuadro de Van Gogh.
FROZEN invita a los más pequeños a congelar las partículas de luz, romperlas para esparcirlas y así evitar que toquen el suelo y se conviertan en arena rosada. Cada una de estas escenas tiene un sonido integrado a cada acción interactiva viajando juntos en sintonía.
Algunas de las escenas relacionadas con la naturaleza son, Drops, donde se invita al publico a crear gotas de agua señalando hacia algún lugar de la instalación o al mover las manos para crear ondas de agua, mientras que Liquid Light, crea burbujas orgánicas mezclando increíbles y vibrantes colores. Ambas relacionadas con los sonidos de la naturaleza como el canto de los pájaros, grillos, gotas de agua, viento, etc.
Los jóvenes podrán disfrutar de escenas como auténticos DJ, donde podrán crear una pista con la combinación de cinco sonidos básicos que aparecerán en la parte de la instalación donde se mueven sus manos, y así podrán bailar, saltar, y simular que están tocando una batería.
Bokeh es una escena mágica, nos hace imaginar esferas de luces flotantes y borrosas, como cuando eramos niños y cerrábamos los ojos para hacer que la luz destellara en diferentes colores, esta vez serán reales y el usuario podrá iluminarlas acompañado de una melodía. En Light Paint, se les ofrece una varita mágica imaginaria con la que pintar con luz mientras el canto de los pájaros los acompaña en su travesía.
Christmas Ribbons y Carrousel son dos escenas creadas para las fiestas navideñas, el sonido se integra con este momento de la temporada acompañando con campanas y notas melódicas. Aparecen envolventes cintas giratorias de luz de color rojo y rosado al mover los brazos a lo largo de la instalación. En Carrousel, se invita al usuario a girar o inclinar su cuerpo para hacer girar la luz en tonos verdes y rojos con notas de xilófono. El movimiento acompaña a la melodía de la mano en un mismo tempo.
Para lograr una automática capacidad de respuesta, las partículas de luz se manejan por complejos algoritmos que gestionan el movimiento en tiempo real, asegurando una reacción natural y fluida de los 2235 píxeles con el usuario. Cada movimiento o «gesto» del cuerpo puede desencadenar un patrón de luz y un sonido personalizado.
La estructura, diseñada para seguir el movimiento natural del cuerpo en movimiento, comienza casi recostada en el suelo y se desarrolla hasta llegar a un muro de 4 metros de altura. Cada parante rectangular integra un nodo RGB pequeño de CK ( Flex LM ) que se controla individualmente. Estos nodos están separados 10 cm uno de otro distribuidos en la cara frontal y solo en la parte superior de la estructura por detrás, para crear la percepción de píxeles flotando en el espacio.
Los parantes de metal fueron distribuidos radialmente alrededor de una plataforma circular de 5 metros de diámetro. En la base se encuentran las fuentes de energía a cargo de las operaciones eléctricas. Un sistema de control centralizado y el gabinete de control interactivo se encuentra en la parte de atrás, con una conexión inalámbrica para controlar la instalación desde cualquier lugar. También incluye 4 altavoces ocultos en la parte posterior.
Pixel Flow tiene una capacidad de respuesta increíble que captura a los participantes por sorpresa, es el desarrollo lúdico de conceptos físicos interactivos explorados previamente en otros trabajos por el estudio de Claudia Paz en el Acuario Interactivo de La Rambla Centro Comercial, Aurora, El Jardín de la Luz en Plaza Norte Mall o Afinidad del BCP.
Cliente: Municipalidad de San Isidro
Concepto: Claudia Paz Lighting Studio
Gestión y Ejecución: ARQUILEDS
Diseño estructural y Sistema de control: Cesar Castro
Dirección artística: Claudia Paz
