Desde hace unos meses, Málaga cuenta con un moderno teatro que responde al sueño largamente acariciado por el actor Antonio Banderas de construir un equipamiento cultural en su ciudad natal. ¿Pero cómo se gestó la materialización de ese gran sueño que refuerza los lazos personales del artista con la ciudad que le vio nacer? Tras un par de intentos fallidos para que el proyecto contara con el apoyo de las instituciones públicas, finalmente Banderas decidió ser promotor, impulsor y creador del Teatro del Soho CaixaBank en solitario y financiarlo exclusivamente con capital privado. “El teatro ha sido y es mi mejor escenario. La interpretación más pura, más cercana y más emocionante siempre se vive sobre las tablas. Mi época profesional más feliz ha estado ligada al teatro, y sueño con tener uno desde los años 70” declaró Antonio Banderas el día de la inauguración.
Tras llegar a un acuerdo con los propietarios del antiguo cine Alameda para una cesión a largo plazo, Banderas contactó con Guillén Arquitectos para llevar a cabo una reforma que ha alumbrado una renovada sala de 840 butacas –repartidas entre el patio de la primera planta y el anfiteatro del segundo nivel– y un equipamiento moderno.
La incorporación de la firma Illusion para desarrollar el proyecto de iluminación se realizó en una etapa avanzada de las obras. Debido a las características del trabajo y a las exigencias de plazo de entrega, Illusión agregó a la consultora de iluminación BIG Architectural Lighting para dar así una respuesta más eficaz y rápida. «El Proyecto en esa fase tenía un diseño previo donde se cuidaban lúmenes, luxes, iluminancia y uniformidades, pero le faltaba el grado de sensibilidad que el arquitecto deseaba. Nos pidieron adaptar el proyecto manteniendo los requisitos exigidos por las normativas, trabajando más los factores sensoriales y añadiendo el confort necesario en un equipamiento cultural de estas características» detalla el equipo de diseño formado por Illusion y BIG Architectural Lighting.
El principal desafío fue lograr una iluminación predominantemente indirecta a través de lineales regulables y no deslumbrantes en foseados y escaleras. FREPI y ALPHALIGHT contribuyeron al proyecto poniendo a disposición productos de distintas marcas que casi desaparecen a la vista. Se eligió una temperatura de color de 3000 K con ópticas amplias que mantienen la sensación de iluminación general difusa.
En todos los halls de acceso al teatro «el arquitecto solicitó incorporar una pieza que aportara al espacio una cierta personalidad». Debido a la limitación presupuestaria se eligió la luminaria de suspensión con emisión de luz indirecta Gong Gold Leaf de Panzeri. «Es una pieza de fuerte identidad, pero de coste relativamente bajo, que atrae no solo por sus grandes dimensiones sino sobre todo por la belleza de su forma, que encaja a la perfección en el espacio, aportando calidez». Su implementación en los tres accesos y en el restaurante contiguo, Tercer Acto, confiere unidad al conjunto.
En la sala del segundo nivel destaca la obra del reconocido artista malagueño José Luis Puche “Todos los mundos posibles”, una pieza especial que transmite un gran amor por el mundo del teatro, la danza y la música.
Los esfuerzos por mejorar la iluminación se concentraron en el espacio central del teatro, proyectando una iluminación capaz de narrar el drama de la vida.
«En el techo se incorporaron luces directas e indirectas para cumplir con los niveles requeridos tecnicamente. Se eligieron luminarias con un UGR adecuado para evitar el deslumbramiento y se integraron en el control de la sala para poder regular la intensidad lumínica a los diferentes requerimientos del espectáculo» detalla el equipo de diseño.
«Dentro de la sala se generó una piel de cebra en las paredes con luces indirectas».
Para facilitar el confort de los asistentes, la iluminación integrada en foseados y en la luminaria decorativa forma parte del sistema de control y aumenta de forma progresiva al finalizar la obra de teatro.
Los baños se han resuelto con iluminación indirecta integrada en foseados perimetrales para aportar la luz ambiente adecuada, reforzada con luz directa cenital con difusor.
La última pieza añadida al proyecto fue la colgante Melt de Tom Dixon, «una demanda del arquitecto que necesitaba una pieza de destacada personalidad que recordara a la lava y aportara calidez al hueco de la escalera».
La zona de oficinas situada en la última planta dispone de una iluminación funcional, adecuada a la visibilidad requerida.
Finalmente, todas las dependencias del Teatro del Soho Caixabank, incluido el colindante restaurante Tercer Acto, se han unificado visualmente con una celosía troquelada en la fachada. Tras la puerta principal y el gran ventanal, es posible contemplar la cálida atmósfera interior.
Arquitectura: Guillén Arquitectos
Diseño de Iluminación: Illusion & BIG Architectural Lighting
Luminarias técnicas: FREPI y ALPHALIGHT
Luminarias decorativas: Panzeri y Tom Dixon
Fotografía: Juanan Barros