
Tras los exitosos festivales Llum BCN en Barcelona y Umbra en Vitoria, Zaragoza hizo su debut en el circuito de festivales de arte lumínico con Zaragoza Luce 2025, un evento celebrado del 21 al 23 de febrero que, aunque modesto en su primera edición con solo ocho instalaciones, captó la atención de zaragozanos y visitantes. El casco histórico de la ciudad, con la Plaza del Pilar como epicentro, consiguió atraer a más de 278.000 personas a lo largo de todo el fin de semana, un dato que confirma la calidez con la que la ciudad ha acogido este festival.

Fiat Lux de Antoni Arola
El evento no solo ofreció un despliegue visual de alto nivel, sino que también funcionó como un verdadero punto de encuentro entre la ciudadanía y el arte. El público se sintió parte activa de las instalaciones, como en «Fiat Lux» del artista y diseñador Antoni Arola en el TeaTro Romano, un espacio sensorial que invitó al público a explorar la relación entre la luz y el espacio.

Solardust de Quiet Ensemble
En la Fuente de la Hispanidad, «Solardust» del colectivo italiano Quiet Ensemble transformó el espacio en un paisaje de reflexión, donde partículas luminosas suspendidas evocaban una nube etérea, creando una atmósfera mágica que invitaba a la contemplación del cosmos.

Sign de Vendel & de Wolf
Instalada en la Plaza del Pilar, «Sign«, de los artistas neerlandeses Vendel & de Wolf, creaba un impresionante resplandor de fuego. La suave luz anaranjada de esta instalación simboliza la transformación y alerta al público sobre los efectos devastadores del cambio climático.

Trayectos de luz del alba de Javier Riera
En «Trayectos de luz del alba», Javier Riera estableció un diálogo visual con la fachada de la iglesia de Santa Isabel de Portugal, respetando su diseño original y alterando la percepción del espacio para invitar a la reflexión sobre la relación entre arquitectura y naturaleza.

Artificial Humans de Atelier Haute Cuisine
Esta instalación, inspirada en una imagen generada por inteligencia artificial, explora la relación entre la humanidad y la tecnología. Utilizando técnicas tradicionales de moldes y fibra de vidrio, se crean réplicas de cuerpos humanos que representan la tensión entre los avances tecnológicos y lo humano. La obra plantea reflexiones sobre el impacto de la tecnología en nuestra evolución, invitando a los espectadores a cuestionar su conexión con la tecnología y lo que significa ser humano en un mundo cada vez más artificial.

Zaragoza Luce mira al futuro
La primera edición de Zaragoza Luce ha demostrado que la ciudad tiene un gran potencial para acoger un festival de arte lumínico. La combinación de arte, patrimonio y la respuesta tan positiva de la ciudadanía ha dejado claro que el evento ha conectado con el público. Con su buena cifra de asistentes, la ciudad se ha sumado al circuito e festivales de luz nacionales, y parece que la idea ha calado hondo.

Este primer paso ha atraído el interés de artistas y marcas, lo que abre la puerta a una segunda edición. Las instalaciones y el ambiente creado en las calles de Zaragoza serán el punto de partida para nuevas propuestas que, sin duda, seguirán dinamizando el centro histórico y ofreciendo a los zaragozanos y visitantes una experiencia memorable. Con una apuesta por la accesibilidad y el arte en la calle, Zaragoza Luce ya está mirando hacia el futuro.